No atender una petición, rechazarla de manera brusca y desagradable.
“Pedí en el bar que me calentaran el potito del bebé y me dieron con la puerta en las narices porque no éramos clientes”.
No atender una petición, rechazarla de manera brusca y desagradable.
“Pedí en el bar que me calentaran el potito del bebé y me dieron con la puerta en las narices porque no éramos clientes”.