Se usa para terminar una conversación de mala manera.
“No pienso consentir que me controles el móvil. Déjalo encima de mi escritorio y ¡vete a hacer gárgaras!”
Se usa para terminar una conversación de mala manera.
“No pienso consentir que me controles el móvil. Déjalo encima de mi escritorio y ¡vete a hacer gárgaras!”